El Observatorio de Universidades explicó en su más
reciente informe cómo afecta a las instituciones públicas la falta de apoyo
financiero por parte del gobierno y la precarización laboral y académica en el
sector
Fuente: El Nacional
88% de los docentes de las instituciones públicas y privadas del país
no realiza ningún tipo de actividades de extensión. En cuanto a investigación,
60% de los docentes no realiza actividades destinadas a tal fin, según informó
el Observatorio de Universidades (OBU) en su más reciente estudio.
En el texto, enfocado en las condiciones de trabajo del sector
universitario en Venezuela, el OBU sostiene que las universidades públicas
sobreviven con déficits presupuestarios superiores a 90% en las instituciones
que no son controladas por el gobierno, es decir, aquellas que han destacado
por su mayor experiencia y concepción plural.
Los docentes que sí realizan actividades conducentes al desarrollo
científico, tecnológico y humanístico lo hacen como resultado de una acción
individual y no como respuesta a una política oficial de estímulo a la
producción de conocimiento, por medio de proyectos financiados como se hacía en
otros años, sino de las actividades complementarias a la docencia o al interés
particular que existe en parte de la comunidad, señala el informe.
«En el campo de la docencia existe un estancamiento, solo 29% de los
profesores están en la categoría titular, que es el máximo escalafón, al que se
llega luego de unos 15 o 20 años de servicios, investigaciones publicadas en
revistas científicas y con estudios culminados de doctorado», se lee.
Una de las razones de este estancamiento se debe a la poca motivación
para el ascenso, pues en materia salarial la diferencia entre uno y otro
escalafón consecutivo varía entre los 8 y los 12 dólares.
El porcentaje de docentes que están en el máximo escalafón, explica el
OBU, pudiese ser menor. Sin embargo, la cifra que se mantiene actualmente se
debe a profesores que tienen el tiempo de servicio para gozar de la jubilación
o ya están jubilados, pero no han dejado sus cargos o se reincorporaron a la
universidad, debido a la falta de docentes que existe en las instituciones
educativas.
«La organización del trabajo en la función académica se fundamenta en
disponer de conocimiento para el propio ejercicio docente, más la capacidad
para estudiar y acceder a nuevos saberes, hasta alcanzar el logro de la
creación de conocimiento científico. No obstante, en la actualidad los docentes
universitarios no cuentan con la posibilidad de acceder a bibliotecas digitales
de sus casas de estudios debido a que 78% no las tiene o no sabe si existen,
como arrojó la Enobu 2021», agrega el boletín del OBU.
La imposibilidad de acceder a las bibliotecas digitales representa para
el profesorado un atraso considerable con respecto a sus pares de otros países,
pues estas plataformas aparecen desde hace al menos 20 años como alternativas a
las bibliotecas físicas.
«De igual forma, el acceso a suscripciones de revistas científicas
especializadas está obstaculizado por la asfixia presupuestaria que padecen las
universidades, por ejemplo, las instituciones públicas no controladas por el
gobierno, que habían sido las más competitivas en el campo investigativo»,
señala.
El OBU denunció también las dificultades a las que se han tenido que
enfrentar los educadores en el país al tener que impartir las clases desde sus
hogares debido a la pandemia.
Estos “nuevos” espacios laborales presentan precariedades en términos de servicios públicos agravadas por desigualdades por región.
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