El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz dijo en un reporte que los principales actores armados son los disidentes del pacto de paz con las FARC, los rebeldes del Ejército de Liberación Nacional y varios grupos paramilitares
Fuente: El Nacional
Más de 90 grupos
armados están activos en Colombia y suman unos 10.000 combatientes que tienen
influencia en departamentos fronterizos con Venezuela.
Los principales
actores armados son los disidentes del pacto de paz con las FARC, los rebeldes
del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y varios grupos paramilitares, según
la investigación del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz
(Indepaz).
La ONG estima
que unos 10.210 hombres integran las filas de estos grupos armados, que tienen
una influencia particular en los departamentos de Norte de Santander y Arauca
-fronterizos con Venezuela- al igual que en Nariño y Chocó- en los límites con
Ecuador y Panamá respectivamente.
«La situación
más problemática de este rearme de grupos ilegales tiene que ver con la
expansión de las llamadas disidencias de las FARC», detalló este miércoles el
director de esa ONG, Camilo González, en entrevista con la televisora estatal
Canal Capital.
Mandos viejos, reclutas nuevos
Excomandantes
que se apartaron del acuerdo de paz firmado en 2016 por la dirigencia de las
FARC y el gobierno colombiano comandan las disidencias, cuyo pie de fuerza se
estima en 5.200 combatientes, la mayoría (85%) nuevos reclutas.
Sin un mando
unificado, los disidentes se dividen en dos grandes grupos: el «Bloque
Suroriental» (2.700 combatientes) y la «Segunda Marquetalia» con 2.000 hombres
liderados por el exnegociador del acuerdo Iván Márquez. Un tercer grupo llamado
«Comando coordinador de occidente» suma otros 500 hombres.
Estos grupos
«independientes desarticulados (…) hasta ahora no representan un proyecto
insurgente» ni de guerra contra el Estado colombiano.
Hasta el momento
se limitan a intervenir en «conflictos focalizados de menor intensidad» en el
país que más cocaína produce en el mundo.
El ELN, última
guerrilla reconocida del país, reúne a 2.450 combatientes, según los cálculos
de Indepaz.
Se organizan en
ocho frentes que gozan de autonomía militar y económica y son coordinados por
un «comando central». La organización guevarista hace presencia en 136
municipios.
«El incremento
de efectivos y de áreas de movilidad no implica un incremento proporcional de
capacidad militar o de influencia política e ideológica entre la población»,
subraya la ONG.
Por el
contrario, los enfrentamientos con la fuerza pública han disminuido, señala
Indepaz. Mientras que los enfrentamientos con otros actores armados ilegales
van en aumento.
Según Indepaz,
el ELN se dedica principalmente a la «defensa» de algunas zonas de influencia y
sus «acciones bélicas se reducen a atentados con explosivos, a emboscadas y
esporádicas hostilidades a pequeñas unidades militares y de policía».
Las disidencias
de las FARC y el ELN están integrados por jóvenes que en su mayoría carecen de
formación ideológica, «lo que ha exacerbado la violencia» con una participación
creciente en actividades delictivas en competencia con otros actores armados.
Los herederos
También
intervienen en la violencia los «grupos narco-paramilitares», que disponen de
2.560 miembros, aunque están menos organizados.
Son herederos de
los paramilitares que extrema derecha que sembraron terror en los años noventa
con las masacres y atrocidades cometidas en su feroz lucha contra las
guerrillas de extrema izquierda.
Muchos se
desmovilizaron entre 2003 y 2006 o se convirtieron al narcotráfico, cuyas
rentas se disputan con otros grupos armados. Indepaz registró un aumento escandaloso
en su área de influencia, pasando de 30 municipios en 2019 a 291 al año
siguiente
El Clan del Golfo es el más poderoso de estos grupos, con entre 1.600 y 1.700 miembros. Su máximo líder, Dairo Antonio Úsuga (alias ‘Otoniel’), es uno de los criminales más buscados por Colombia y por quien Estados Unidos ofrece una recompensa de 5 millones de dólares.
No hay comentarios: