Fuente: El Nacional
El Oficialista Recibió El Apoyo De
10 Partidos Para Las Elecciones De 2018, Pero Ahora 3 De Los Más Significativos
Y Con Más Capacidad De Arrastre Y Movilización Han Decidido Apartarse Del
Régimen
El heredero político
de Hugo Chávez, el continuador de su legado, Nicolás Maduro, es el
epicentro de la alianza de fuerzas de izquierda que lo mantienen en el poder
desde 2013. Sin embargo, las tensiones derivadas de su política lo han dejado
cada vez más solo y actualmente apenas tiene aliados de peso con los que acudir
a las urnas.
No se trata de los
partidos de derecha o los que se consideran a sí mismos socialdemócratas. Se
trata de partidos de izquierda, socialistas o comunistas, revolucionarios y
antiimperialistas que han roto sus lazos con Maduro y lo han dejado más solo
que nunca en unos postulados que consideran traicionados. Ahora está apenas
apoyado por sus aliados más cercanos.
Si para las
elecciones de 2018, para su reelección, recibió el apoyo de 10 partidos, ahora
3 de los más significativos y con más capacidad de arrastre y movilización han
decidido salirse de la foto del madurismo por la deriva de sus políticas
económicas, mientras se creen objeto de una sensación de injusticia y
persecución jurídica.
Estas son algunas de
las claves de esa fractura.
1.- El Partido
Comunista, el referente de la izquierda
Nacido en 1931 y con una tradición que lo convirtió
durante décadas en referente de la izquierda revolucionaria venezolana, el
Partido Comunista de Venezuela (PCV) es uno de los grandes activos del chavismo
desde 1999.
Su músculo y su
referencia moral, fraguada en la lucha contra la dictadura de Marcos Pérez
Jiménez, entre otros períodos, fueron fundamentales para Chávez y para Maduro.
La voz de sus diputados en el Parlamento, aliados Partido Socialista Unido de
Venezuela (PSUV), oficialista, ha sido fundamental en el último periodo, de
notable mayoría de la oposición.
Sin embargo, ahora y
por sorpresa rompió con el PSUV para las elecciones parlamentarias del 6 de
diciembre, a las que no acudirá la oposición, con lo cual les podría situar
como uno de los principales partidos en rechazo a las políticas de Maduro.
2.- Los Tupamaros, la primera línea de defensa del
chavismo
El partido Tendencias
Unificadas Para Alcanzar el Movimiento de Acción Revolucionaria Organizada
(Tupamaro) es otro de los tradicionales aliados del chavismo y tiene un
significado que va mucho más allá.
De sus filas y con su
bandera, de inspiración guevariana, han salido colectivos, esos grupos temidos
por la oposición y a los que califica de paramilitares junto con organizaciones
de derechos humanos. Han sido primera línea de defensa de la revolución
bolivariana en las calles y ahora, en un extraño movimiento, los intervinieron
judicialmente.
Uno de sus líderes y
una de las caras más reconocibles del chavismo, Oswaldo Rivero, explicó a Efe
que han acompañado a Hugo Chávez en todos los procesos desde que se
inscribieron como organización política electoral, y posteriormente a Maduro.
“Tenemos
observaciones que hacer en el proyecto político y económico en situaciones que
se han presentado de corrupción, burocracia y desviaciones del proyecto
revolucionario”, subrayó.
3.- Nicolás Maduro niega el debate
Tras la irrupción de
la polémica, poco tardó Maduro en equipararlos con la derecha, que repudian, y
ubicarlos del lado del presidente estadounidense, Donald Trump.
En un acto alejado de
la política electoral y sin mencionar a ninguno de estos movimientos en
particular, Maduro aseguró que no se iba a dejar llevar “por el infantilismo de
la izquierda, hablador de gamelote (tonterías)”.
“Llevamos un proyecto,
aferrados a Bolívar, a Chávez, al proyecto socialista, definidos, claros,
pensamos muy bien lo que hacemos y lo hacemos sin depender de chantajes ni
imperialistas ni izquierdosos, infantiles y falsos. Al final se juntan, son
fuerzas destructivas, las dos”, aseguró.
La contundencia en el
rechazo a la crítica no es nueva, ya Chávez debió enfrentar fracturas pero,
bien por su capacidad de convicción o de movilización, pudo mantener unidas a
las grandes piezas de la izquierda venezolana.
4.- La intervención judicial
Hasta el momento, el
único gran partido que se libró de la intervención jurídica entre aquellos que
han roto amarras con Maduro es el PCV.
El PCV formó una
alianza electoral junto con Patria para Todos (PPT), de gran tradición entre la
izquierda y siete formaciones más.
El Tribunal Supremo
de Justicia (TSJ) intervino el PPT y nombró una junta directiva ad hoc, una
medida tomada también contra Tupamaro, Bandera Roja y Compromiso País (Compa),
todos partidos de izquierda, todos críticos con Maduro, todos ubicados a la
izquierda de la socialdemocracia.
Esta intervención
implica que sus logos y banderas estarán en las elecciones, pero no liderados
por aquellos que fueron votados en sus organismos internos de decisión, sino
por exmilitantes expulsados que han sido designados como cabezas de los
partidos por orden judicial.
La misma decisión la
han sufrido los principales partidos de la oposición.
Los líderes del PPT y
de Tupamaro consideran que hay una persecución legal encarnizada contra ellos,
mientras la oposición de derechas puede hacer y deshacer a su antojo, en
especial Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela.
“La derecha es legal,
es activa. Mientras aquí persiguen a comuneros, a dirigentes sindicales, Guaidó
anda libre por las calles, declara, dice todo lo que tiene que decir, convoca
paros, convoca huelgas, convoca a insurrecciones y no le pasa anda”, dijo a Efe
el secretario general del PPT, Rafael Uzcátegui.
Rivero, del Tupamaro,
lo resume: “No se nos ha dado el derecho a la defensa”, y compara la
intervención del TSJ a su partido con las acciones del principal opositor a
Maduro: “Sucedió como con Guaidó. Guaidó llegó y se impuso, ‘yo soy el
presidente’, apoyado por EE UU, empresarios, y anda libremente por allí
haciendo acciones terroristas. A Guaidó no le mete preso nadie”.
5.- Un madurismo cada vez menor
La resta sin sumas
puso a Maduro en una posición cada vez más solitaria. A su alrededor estará
como siempre el PSUV, que no muestra fracturas en su apoyo, aunque cada vez son
más los rumores de críticas que rodean el partido.
A su lado queda el
movimiento Somos Venezuela, formado por algunos de sus más afectos
simpatizantes y al que se dirige e instruye como su líder, sin serlo.
El resto de partidos
son apenas pequeños movimientos sin una gran capacidad de movilización y que ya
han sufrido disidencias internas.
Pero más allá de eso,
habrá que comprobar cuál es la incidencia que tiene la cuña de la crítica de partidos
como PCV, PPT o Tupamaro en el seno de la militancia del PSUV, tradicionalmente
opaco, y hasta dónde han abierto las carnes del madurismo entre sus más
acérrimos seguidores.
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