(Caracas, 23 de
julio. Noticias24).- El país asiático negó hoy que su consulado en Houston
(Texas) haya extraído información de empresas estadounidenses, y volvió a
prometer “represalias” por el cierre de la oficina diplomática en medio de
nuevas acusaciones de espionaje por parte de EEUU.
Washington dio el
miércoles 72 horas a Pekín para cerrar su consulado en Houston para “proteger
la propiedad intelectual estadounidense y la información privada de sus
ciudadanos”.
“Estas acusaciones
son maliciosas y su único objetivo es difamar a China. El cierre del consulado
es una medida completamente injustificada, y China se reserva el derecho a
tomar represalias”, afirmó hoy el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores
chino Wang Wenbin.
Wang evitó
responder a las preguntas sobre cuáles serán dichas contramedidas y, ante la
insistencia de los periodistas, se limitó a leer varias veces el texto del día
anterior: “Pedimos a EEUU que se retracte de esta decisión errónea, o de lo
contrario China tomará las represalias legítimas y necesarias”.
La prensa estatal
china ha dejado entrever la posibilidad de que China reaccione con el cierre de
uno de los consulados de EE.UU. y citado explícitamente las opciones de Hong
Kong, Macao, Cantón o Chengdu, aunque otra posibilidad sería la clausura del
consulado estadounidense de la ciudad china de Wuhan por ser el consulado
“hermano” del de Houston.
El presidente
estadounidense, Donald Trump, que opta a la reelección en las elecciones de
noviembre, ha culpado repetidamente a China de la pandemia y en las últimas
semanas ha impuesto varias sanciones al gigante asiático.
Al respecto, el
diario China Daily opina hoy en un editorial que el cierre es “una maniobra
política” de la actual administración estadounidense consistente en “pintar a
China como la mala de la película y proscribirla de la comunidad internacional”
para así darle la vuelta a las encuestas con vistas a las elecciones.
“Trump va a ir
hasta el final con su representación de China como un agente del mal”,
argumenta el periódico.
Esta semana,
EE.UU. ya ha sancionado a once compañías chinas por supuestos abusos a las
minorías musulmanas en la región noroccidental china de Xinjiang y, además,
presentó cargos contra dos “hackers” chinos que supuestamente intentaban robar
datos de la vacuna para la COVID-19 y secretos de tecnología militar.
El trasfondo de
las diferencias entre las dos potencias es la subyacente pugna por la
hegemonía, la guerra tecnológica y comercial y, más recientemente, las críticas
de EE UU a la nueva ley de seguridad para Hong Kong y a la situación en
Xinjiang.
Con información de
EFE
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