Un niño al que todos en el pueblo de Lomas del Carmen conocían como
“Anthony”, fue una víctima más de la desesperación por salir del país que
tienen muchos jóvenes. El pequeño de apenas tres añitos, sería asesinado por
sus progenitores, al representar un exceso de carga, que ambos no podían llevar
en su programado viaje a Brasil.
El niño, sería ahogado en un tobo de agua y dejado en el patio de la
residencia donde la pareja de desalmados vivían, en un pueblito alejado y rural
del municipio Andrés Eloy Blanco, del estado Sucre.
Su pequeño cadáver fue hallado, una semana después, cuando el hambre
que inunda los caseríos alejados de las principales ciudades, obligó a unos
residentes, a entrar a los patios del inmueble a tomar unas frutas y verduras;
conscientes de que la familia se había marchado del lugar.
La sorpresa fue que al ingresar al fondo, las moscas aún merodeaban el
poco resto humano que quedaba de la descomposición. Una curiosa dama se acercó
al sitio; presuntamente debajo de una mata de mango y divisó el cadáver del
niño dentro del recipiente.
La noticia se corrió como pólvora por los pueblitos cercanos; los
despiadados homicidas quizás ya estaban en su destino final; pero Anthony por
lo menos tuvo una cristiana sepultura, los vecinos del caserío fabricaron un
ataúd, para llevarlo al cementerio del pueblo, tras el Cicpc realizó las
pesquisas correspondientes. Llevarlo a la morgue no tenía caso.
Luis Enrique Hurtado
@elsol_Oriente
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